Un exilio superado por el amor
- Yizeth Arellano
- 30 mar 2016
- 3 Min. de lectura
“El aburrimiento en mi vida no ha existido, me casé un 27 de diciembre y el día primero llegó Fidel Castro al gobierno. Ya de ahí puedes partir” resaltó Eleonor Hernández, quien fue la dueña de la reconocida tienda de ropa “Eleonor”, del restaurante “El hipopótamo”, escritora del libro Toda la Verdad y la esposa del productor de televisión Alfredo Hernández.

Ella recuerda con nostalgia sus primeros años de casada en Cuba. Cuando estaba embarazada por segunda vez, fue cuestionada si debía seguir con su embarazo teniendo a su esposo lejos. Ella dijo sin dudar que sí. “En aquella época en mi país, te voy a decir algo más íntimo, el aborto era una cosa como tomarse un vaso de agua, bien triste. Yo creo que casi todas mis hermanas se hicieron abortos. Sin embargo, yo no” confesó.
La fortaleza es su amuleto de la suerte ganado con Fe. Embarazada, y con un niño pequeño se separó de su esposo por 6 meses. Ahí conoció la solidaridad y el valor de la familia, quienes la alimentaron y dieron todo lo necesario. Ya que aquellos que decidían abandonar el país perdían el derecho a la comida por la tarjeta de alimentación. “De la vida yo desconocía todo, todo era nuevo con 22 años, embarazada y con un niño, sentí el dolor de extrañar a la familia” resaltó ella como lo más duro que le tocó vivir de su exilio. Al momento del parto, su vida cambió drásticamente al conocer que, en vez de una niña, nacieron dos.
Eleonor aprende algo nuevo todo el tiempo. “Vengo de una familia de 9 hermanos, donde la más chiquita era yo, así que imagínate desde que mi mamá me parió yo estoy aprendiendo” detalló. Nació en cuba. Ahí supo que ser la consentida de papá tenía sus beneficios, tomó las experiencias de sus hermanos y las hizo propias. Y conoció el valor de compartir todo en la vida, incluyendo la ropa, los juguetes y una familia.
Es arriesgada y es capaz de todo por amor. Eso la impulsó a tomar un nuevo rumbo en 1962 por seguirlo a él, su esposo. Eleonor conjugó el placer de vivir intensamente con la capacidad de superar pruebas y cambios. “Dios yo creo que a cada persona cuando nacemos nos tiene ya su destino” afirmó cuando habló de Dios y su fiel creencia a la existencia de los ángeles.
“Para mí el trabajar en la calle fue como si me hubieran puesto un par de alas y hubiese empezado a volar” aseguró. Hernández con más de 30 años de experiencia en el mundo del buen vestir, asesoró a mujeres destacadas en el panorama político y empresarial no solo de Puerto Rico si no de Venezuela. Recuerda con especial cariño a la gobernadora Cila María Calderón, quien le confió sus más grandes temores. Cuando había una crisis en el gobierno ella sabía que Cila la visitaría.
En la sala de su casa conserva las ventanas y cortinas abiertas. La luz natural, la brisa y la televisión encendida son sus nuevas compañeras de rutina. Así sobrelleva, desde hace 2 meses el duelo por el amor de su vida, su compañero y confidente por más de 58 años de matrimonio. Eleonor se enfrenta a la más dura de todas las pruebas que le ha tocado vivir: La soledad. Descrita por ella misma como algo “horrible”.
Para Eleonor descubrir lo que te gusta te conduce a la autorrealización. “Cuando tú haces lo que a ti te gusta y lo disfrutas lo haces siempre bien, tú nunca puedes pensar que tú estás trabajando, tú estás en lo que a ti te gusta, que tú eres útil, que tú lo haces bien” aseveró.
La lealtad, el amor y los principios son sus valores más importantes. "El vivir del qué dirán, la arrogancia y el engaño no sirven para nada” concluyó Eleonor Hernández.
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