Más que el presente eres tú

Una de las frases más escuchadas en las calles es “Vive el momento” y le suman el “déjate llevar” pero la pregunta es: ¿Qué haces cuando lo que vives se queda en tu mente durante días? Y ¿Qué haces cuando descubres que no son las consecuencias lo que te llama a juicio, sino cómo cambia tu perspectiva de las cosas cuando solo vives y dejas de preocuparte?

Vivir es una acción de la que todos hablan. Pero, la vida es todo y ese verbo en acción: vivir, lo podemos hacer consciente o inconscientemente. Somos dueños de nuestras acciones, pero no de sus consecuencias, y la verdad es que no siempre estamos preparados.

Somos realidad, ensayo y error. Uno detrás de otro y sin posibilidades de limitar el número de intentos. Y qué bueno que es así, porque hemos tenido tantos aciertos como desaciertos hemos

podido. Decir que no me equivocarás es injusto contigo, porque si a verdad vamos, eres el resultado de muchas cosas. Y brindo por eso.

De algunos errores eres consciente, de otros no. Quizás con los años seguirás descubriendo cosas que hiciste bien sin darte cuenta y tal vez te duela recordar algunas experiencias que fueron difíciles de superar.

Sea cual sea el resultado es propio. Los momentos vividos y sus sensaciones, emociones y aprendizajes son totalmente tuyos, nadie más que tu los conoce a profundidad y entiende los porqué y para qué.

Y es que tu vida es tan tuya como seas capaz de elegir y no de depender.

Serás rey y mendigo, pero siempre protagonista. Serás creador del contenido que quieras narrar de ti, serás editor de lo que quieres cambiar y te aseguro que, aunque quieras controlar todo, los tras cámara también harán acto de presencia y es que siempre tendrás una audiencia conformada por tu familia, amigos y conocidos. El problema es que en el camino te conviertas en el peor juez, ese que sentencia lo que hizo mal una y otra vez.

Por eso hoy te digo no culpes al presente, ni te excuses tampoco. Adueñate de lo que vives, desde el momento en el que comprendas que tu existencia por si sola es una bendición.

Date la oportunidad de perdonarte todos los días de tu vida. Todos los días valdrá la pena y es que eres único e irrepetible. El único que tiene que permitírselo eres tú. Si estás bien contigo mismo, será mucho más placentero todo lo demás.

Y es que, viniste a una cosa: vivir en presente, a quererte todos los días y a aprender en un mundo lleno de gente con el libre albedrío siempre y cuando sepas seguir tus principios, valores y convicciones.

Siempre puedes ser y vivir lo que deseas, con la libertad de elegir siempre en beneficio de lo que llene como ser humano, lo que no te esclavice y que jamás te haga arrepentirte.

Te repito: siempre puedes y siempre estás a tiempo si quieres.

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